!Buenos días, con esperanza en el corazón!
Tal vez has llorado mucho últimamente… tal vez sonreír de verdad se ha vuelto difícil. Pero hay un Dios que transforma el dolor en danza, el llanto en alegría, y la tristeza en canto. Él aún hace milagros dentro de los corazones que se abren a Él.
La Biblia dice:
Has cambiado mi lamento en baile; desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría. Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te alabaré para siempre. (Salmos 30:11-12)
Esa alegría verdadera no depende de las circunstancias, sino de la presencia de Dios en nosotros. Y para experimentarla, todo comienza con un paso de fe: confesar nuestros pecados, abrir el corazón y dejar que Jesús entre.
Él no rechaza a quien se acerca con sinceridad. No importa lo que hayas hecho, Él te perdona, te recibe y te renueva por completo.
Que tu día comience con una nueva luz… y que poco a poco, la danza de la gracia reemplace cada lágrima.
Si lo deseas, ora con fe: Señor Jesús, reconozco que te necesito. Perdona mis pecados, entra en mi corazón y transforma mi tristeza en verdadera alegría. Hoy te recibo como mi Salvador. Amén.
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