Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!> Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.
Comentario devocional:
Estos versículos nos muestran el poder absoluto de Jesús sobre la muerte. Lázaro llevaba *cuatro días en la tumba*, y aun así, la orden de Cristo fue suficiente para *traer vida donde solo había muerte.*El llamado de Jesús — *“¡Lázaro, ven fuera!”* — también simboliza lo que Él hace con nosotros espiritualmente.
Todos, en algún momento, hemos estado muertos por dentro: por el dolor, los pecados, los vicios, la ansiedad o por situaciones imposibles.
Pero cuando Jesús llama, *la vida vuelve, la esperanza renace y lo imposible sucede.
Y nota algo importante: aunque Lázaro volvió a la vida, seguía atado. Entonces Jesús ordenó: “Desatadle y dejadle ir”.
Esto nos enseña que hay personas que ya han recibido vida nueva, pero *aún necesitan ser liberadas* de las ataduras que dejó el pasado. Y ahí entra el papel de la *iglesia, del amor fraternal, del cuidado espiritual*: ayudar al hermano a quitarse las vendas y caminar libremente en la nueva vida que Cristo ofrece.
Aplicación personal:
Tal vez hoy estás escuchando la misma voz de Jesús diciéndote: “¡Ven fuera!” No importa cuán oscura parezca tu situación, Él te llama a salir del dolor, del miedo, del pecado y del vacío. Y no solo te da vida, sino que también envía personas para ayudarte a caminar en libertad.