Dios, lo que más deseo es dejar de pecar. Ayúdame. Fortaléceme.

“Dios, lo que más deseo es dejar de pecar. Ayúdame. Fortaléceme.”

Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

Romanos 7:15, 22-23

Dios mio, que triste estoy! Dios, lo que más deseo es dejar de pecar. Ayúdame. Fortaléceme.